Si queremos vender online es importante comprender que por el hecho de tener nuestro escaparate digital, no nos van a empezar a llover los pedidos de cualquier parte del mundo. Si partimos solamente de esa ilusión se tornará fácilmente en frustración al comprobar que, el aluvión de compras que esperábamos, se traduce en un goteo ocasional de pedidos. Por eso, antes de aventurarnos a la venta on-line, es conveniente valorar varios aspectos.
En primer lugar, tenemos que analizar si contamos con una oferta de productos y/o servicios que pueda ser competitiva en el ámbito digital. Seguramente no todos nuestros productos sean igual de competitivos y además es muy posible que la clientela a la que lleguemos con nuestros canales online sea diferente de la que conocemos en persona. Es importante que entendamos que nuestro espacio de venta online no tiene por qué ser una copia exacta de nuestra tienda física. La clásica tienda multimarca que funciona en local, lo tiene muy difícil para sobrevivir en el competido mercado online. Sin embargo, los productos de nicho y las marcas propias tienen más posibilidades de encontrar clientela y competir en entornos digitales.
Si consideramos que tenemos una oferta competitiva, lo siguiente que tenemos que hacer es elegir el formato en el que vamos a vender en Internet. Básicamente, tenemos dos opciones: montar nuestra propia tienda on-line o poner a la venta nuestros productos en un marketplace. Cualquiera de las dos fórmulas tienesus pros y sus contras.
Vender en nuestra propia tienda online.
Si nos decidimos por vender en nuestra propia web, tendremos el control de todo el proceso.Nuestro único límite será el presupuesto y podremos diseñar la tienda on-line que queramos.
Hablando de presupuestos, es recomendable solicitar siempre varios. Esto nos permitirá comparar funcionalidades y servicios incluidos en las diferentes propuestas. Aprender de lo que una empresa ofrece para preguntar a otra por qué no lo han incluido o qué supondría incluir esa funcionalidad que hemos visto en otra propuesta. Así, tendremos mayor seguridad de haber elegido bien. A la hora de solicitar presupuestos, tres recomendaciones: pedir referencias de trabajos anteriores, preguntar por la garantía y opciones de mantenimiento, y asegurar que la propiedad de la web es nuestra (dominio y alojamiento web a nuestro nombre) y que no la perderemos si algún día nos desligamos de ese proveedor.
Las opciones tecnológicas más extendidas en la creación de tiendas online son WooCommerce (la más accesible), Prestashop (más compleja pero más completa) y alternativas de pago mensual como Shopify.
La gran pega de la tienda on-line propia es que, con ella, estamos solas/os ante el peligro. Es decir, tendremos que asumir todos los costes de su puesta en marcha (tecnología, dominio, hosting, certificado SSL, etc.) y, por supuesto, de su mantenimiento. Esto significa que tendremos que encargarnos nosotros/as mismos/as (o contratar a un proveedor tecnológico que lo haga) de la realización de copias de seguridad periódicas de la web, de solucionar posibles problemas de desconfiguración o seguridad, de la actualización del gestor web y de las posibles extensiones que le hayamos añadido (plugins, módulos…), etc.
También debemos ser muy conscientes de que tendremos ocuparnos de llevar tráfico hacia nuestro ecommerce, una tarea que requiere mucho esfuerzo y/o inversión en acciones de marketing digital (SEO, publicidad digital, redes sociales, etc.). Si nuestro producto es interesante y la experiencia de compra fluye adecuadamente en nuestra tienda online, hay un dato que no debemos perder de vista: en torno al 1% de las visitas que llegan a una tienda online acaba comprando (según el Estudio Anual de Conversión en E-Commerce y Negocios Digitales 2021 de Flat 101). Es decir, necesitamos atraer a 100 personas a nuestra web para que una compre. ¿Nos vemos capaces de conseguir el número de visitas necesarias para que nuestra tienda online sea rentable?
Vender en marketplaces.
¿Puede interesarnos vender en un marketplace? Los más conocidos son Amazon oEbaypero también los hay de nicho como Etsy o de ámbito local como Eup!. Además, en los últimos años varias tiendas conocidas como Fnac, Casa del Libro, Tienda Animal… se han convertido en marketplaces abriendo sus espacios a online a otros vendedores.Dependiendo de nuestro producto y del mercado al que queramos llegar, nos interesará más uno u otro.
Una de las ventajas de los marketplaces es que nos darán un espacio de venta on-line ya acabado, listo para abrir sus puertas virtuales rápidamente(si somos un poco hábiles, incluso en unas horas). No tendremos que preocuparnos ni por la tecnología ni por su mantenimiento y, en muchos casos, ni siquiera de negociar las soluciones logísticas ni de los métodos de pago ya que estas plataformas suelen llegar a acuerdos ventajosos favorecidos por la fuerza de representar a un grupo de vendedores.
Además, aunque nunca debemos dejar de comunicar que disponemos de este espacio de venta en nuestros canales on y offline, se supone que los esfuerzos necesarios para atraer clientela se reducirán bastante puesto que estos centros comerciales on-line invierten en promocionarse, tienen visibilidad y cuentan con la confianza de las/os usuarias/os.
El mayor inconveniente de estas plataformas es que nos resultará difícil destacar y la mayoría de nuestros competidores intentará hacerlo a través del precio. También estaremos limitados a nivel de diseño y a nivel tecnológico, ya que tendremos que ceñirnos a un espacio generalmente reducido para presentar nuestro negocio y no podremos incorporar nuevas funcionalidades por nuestra cuenta.
Por último, una recomendación importante antes de decidirnos por vender en uno u otro marketplace es analizar bien los costes. Algunos nos cobrarán un fijo mensual y además, una comisión por venta. Otros solo comisión por ventas y servicios premium pagando un extra. En algunos casos los costes varían del primer año al segundo o en función de los países a los que vendamos… Hacer estos cálculos puede ser complicado y tedioso, pero es muy recomendable tratar de estimarlos antes de empezar o correremos el riesgo de perder en costes gran parte de nuestro margen comercial.
Como hemos podido ver, ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes y, por tanto, hay que valorar cuál es la que mejor encaja con nuestro proyecto. En cualquier caso, no son excluyentes y pueden incluso combinarse las dos para todo nuestro catálogo o para distintas líneas de negocio en cada caso.