En retail es habitual encontrarse con el logo mal aplicado. Se puede cometer este error desde el principio o al hacer un rebranding o un restyling de la marca.
Es muy importante, a la hora de aplicar la marca gráfica en los distintos soportes, que ésta tenga coherencia. Ha de respetar los colores corporativos, la tipografía y proporciones entre los elementos que la conforman. Estos detalles se explican en un Manual de identidad corporativa.
Con el manual, el estudio de diseño con el que trabajemos nos tiene que proporcionar diferentes versiones del logotipo para que se adecúe a los diferentes soportes:
- Cuadrada para redes sociales
- Horizontal para web y rótulo
El logo ha de estar, además de en color, en negro, ya que lo podemos necesitar, por ejemplo, para serigrafiar en merchandising.
Y en lo referente a formatos, necesitamos:
- .JPG
- .PNG (con fondo transparente)
- .PDF (vectorial)
Todo esto es para facilitar a los diferentes proveedores un buen original del logotipo y que no se desvirtúe la marca.
Si iniciamos el negocio
Es una oportunidad para hacerlo bien. Prioriza y empieza a implementar la marca en lo más visible e importante. Si tienes comercio físico, el rótulo. Para el comercio online, la web. Y por supuesto, las redes sociales.
Paulatinamente irás aplicando la marca al resto de soportes. Hay que ser constante. Algunos comerciantes, se aburren y empiezan a cambiar colores, o tipografías. Fijémonos en los grandes. CocaCola es roja, del mismo rojo desde el principio de los tiempos. Cuando hagamos cambios, tienen que ser muy medidos y con un sentido. Si somos coherentes y consecuentes, se nota en la marca. Transmitimos, orden, limpieza, claridad en los mensajes que estamos enviando a nuestros clientes.
Si hemos cambiado el logo
Nos han hecho un restyling o un rebranding. Nos gustaría tener el nuevo logo ya aplicado en todas partes. Esto suele conllevar un coste elevado y se puede hacer poco a poco.
Fijémonos de nuevo en los grandes. Hasta BBK cuando pasó a ser Kutxabank no lo hizo de un día para otro. Hay una etapa en la que conviven las dos marcas.
En mi trayectoria como diseñadora, me he encontrado algunos casos en los que el comercio ha pasado por varias marcas y no acaba de soltar ninguna. Lo que más cuesta cambiar, suele ser lo más visible, el rótulo.
Lo ideal, es trazar un plan para finalizar el proceso. Además, puedes planificar también el gasto que vas a dedicar a tu marca al año viendo donde es más útil aplicarla.